FIBRAS TEXTILES
El término fibras textiles se refiere a las que se pueden hilar o utilizar para fabricar telas mediante operaciones como tejido, trenzado o fieltrado. El tejido, una de las primeras actividades artesanales, ya se practicaba en el neolítico, como lo demuestran los fragmentos de fibras de lino hallados en los restos de poblados lacustres de Suiza. En el antiguo Egipto los primeros textiles se tejían con lino; en la India, Perú y Camboya con algodón; en Europa meridional con lana y en China con seda.
Lino
Los primeros en utilizar el lino fueron los antiguos egipcios (probablemente la palabra lino se deriva de un vocablo egipcio). Dado que los primeros tejidos de lino por lo general eran blancos, esta materia se convirtió en un símbolo de pureza, por lo que los egipcios no sólo lo usaban para la confección de prendas de vestir y artículos domésticos, sino también para sus prácticas religiosas. En el antiguo Egipto también se producían textiles con algodón importado de la India.
Lana
La Biblia menciona la gran calidad de la lana que se vendía en la ciudad de Damasco. Los antiguos pueblos del Cáucaso vestían mantos de lana denominados shal (de donde deriva la palabra chal). Las ovejas se criaban por su lana -además de por su carne y su piel- en toda la zona mediterránea. Sicilia y el sur de Italia proporcionaban lana a Roma para la confección de prendas de vestir; durante los primeros siglos de la era cristiana se pusieron de moda los tejidos de seda importados de China. La mejor lana procedía de las ovejas merinas criadas en Castilla (España).
Algodón
Aunque el algodón es la fibra textil más común en la actualidad, fue la última fibra natural en alcanzar importancia comercial. En el siglo V a.C. el historiador griego Herodoto informaba que uno de los productos valiosos de la India era una planta silvestre cuyo fruto era el vellón; en el siglo siguiente, Alejandro Magno introdujo el algodón indio en Grecia. Aunque los antiguos griegos y romanos utilizaban algodón para toldos, velas y prendas de vestir, en Europa no se usó de forma extendida sino varios siglos después.
Fibras sintéticas
La belleza y el precio de la seda estimularon a muchos de los primeros científicos a desarrollar una fibra que se pareciera al hilo del gusano de seda. En 1664 el científico británico Robert Hooke sugirió la posibilidad de sintetizar una sustancia pegajosa semejante al fluido segregado por el gusano de seda para tejer su capullo. El proceso de Chardonnet, que seguía el principio sugerido por químicos anteriores, consistía en forzar el paso de un líquido viscoso a través de pequeñas toberas (denominadas boquillas de hilatura) y endurecer el fluido para formar hilo coagulándolo en un baño químico. Este proceso sigue siendo el método básico para producir fibras textiles sintéticas.
El
nailon se introdujo en la década de 1930. Esta fibra, más
resistente que la seda, es ampliamente usada para la confección de
prendas de vestir, calcetería, tela de paracaídas y cuerdas.
Después de 1940 muchas otras fibras sintéticas alcanzaron
importancia en la industria textil, como el poliéster (a veces denominado
dacrón), el polivinilo, el polietileno, el acrílico y la olefina.
PRODUCCIÓN TEXTIL
La primera etapa en la fabricación de textiles implica la producción de la materia prima, ya sea el cultivo de algodón, lino u otras plantas, la cría de ovejas o gusanos de seda, o la producción química de fibras; a continuación, la fibra se hila y posteriormente se usa el hilo para tejer las telas.
PROCESADO DE LA FIBRA
La
fibra de algodón, el vellón de las ovejas o el lino deben
ser procesados antes de hilarlos. El algodón en bruto se procesa
con la desmotadora, que elimina las semillas y otras impurezas, antes de
ser transportado en balas a la hilatura. Para obtener a partir del lino
una fibra susceptible de ser hilada se utilizan diversas operaciones mecánicas
y químicas. La lana debe ser clasificada y lavada antes de su hilado.
La seda se desenrolla de los capullos después de ablandar la goma
natural en agua caliente, lo que permite una separación fácil
sin romper las finas fibras. Los filamentos continuos se agrupan y se tuercen
para formar hilos de varias hebras; los filamentos rotos y el material de
desecho se hilan de forma similar a la empleada para las fibras de algodón,
lana o lino.
Las fibras sintéticas se suministran en forma de filamentos o de
fibras cortas; la fibra de filamento continuo se convierte en hilo igual
que la seda. Las fibras sintéticas cortas se procesan antes del hilado
de forma similar al algodón crudo o la lana.
Hilado
Para obtener hilo a partir de filamentos continuos basta torcerlos, pero en el caso de las fibras cortas hay que cardarlas para combinar las fibras en una estructura continua semejante a la de una cuerda, peinarlas para estirar las fibras largas y torcer las hebras continuas resultantes. El torcer más o menos los hilos determina algunas de sus características; una torsión ligera proporciona telas de superficie suave, mientras que los hilos muy torcidos producen tejidos de superficie dura, resistentes a la abrasión y menos propensos a ensuciarse y arrugarse; sin embargo, los tejidos hechos con hilos muy torcidos encogen más.
Tejido
Para tejer se utiliza el telar y dos conjuntos de hilos, denominados respectivamente urdimbre (o pie) y trama. Los hilos de la urdimbre van a lo largo del telar, mientras que los de la trama van en dirección transversal. La urdimbre está arrollada en enormes bobinas llamadas enjulios o enjullos, situadas a los pies del telar, y se enhebra en el telar formando una serie de hilos paralelos. La trama se suministra por los lados del telar desde unas bobinas que se cambian automática o manualmente cuando se acaba el hilo. La lanzadera del telar hace pasar los hilos de la trama a través del telar, entrelazándolos perpendicularmente con la urdimbre. Durante el tejido, una capa protectora provisional conocida como imprimación protege los hilos de la urdimbre para evitar que se dañen.
Teñido y estampado
Los textiles pueden teñirse de distintas formas: las telas pueden colorearse una vez tejidas (tinte en la pieza), pueden teñirse las fibras sueltas en una cuba (tinte en bruto) y, por último, puede teñirse el hilo o filamento antes de tejerlo (tinte en el hilo).
Otros procesos de acabado
Además del teñido y el estampado, la tela recibe otros acabados para mejorar su aspecto y cualidades, como por ejemplo tratamientos para mejorar la resistencia a las arrugas en textiles como el algodón, el lino o el rayón hilado, que no tienen la elasticidad de la lana o la seda.
NORMATIVAS GUBERNAMENTALES
En algunos países se han aprobado leyes para obligar a la identificación
del contenido de fibras, independientemente de la calidad del tejido. En
los tejidos de punto hay que indicar el porcentaje de fibras de lana, y
la etiqueta debe indicar si se trata de lana virgen (aquella que nunca ha
sido procesada), reprocesada (lana recuperada del procesado de lana virgen)
o reutilizada (recuperada de productos de lana usados).
Otras normativas de algunos países rigen los acabados de los textiles, como la protección contra el encogido, el ignifugado o el lastrado, que consiste en añadir sales metálicas a tejidos delicados como la seda para darles más cuerpo. También se han establecido de forma legal normas de seguridad con respecto a la inflamabilidad de los tejidos utilizados en prendas de vestir.